miércoles, 28 de abril de 2010

Un día de verano

Un hombre tenía el brazo apoyado en el gigantesco culo de un anuncio anticelulítico en una parada de autobús repleta de gente.
Una chica conducía veloz entre coches atascados, ataviada con un bonito casco rosa de igual color que sus zapatos de tacón.
Una mujer andaba mostrando sus encantos apretados bajo una camiseta dos tallas menor, digna de la peor telenovela.
Otra discutía, de muy malas formas, con el propietario de un coche que entraba en un garaje por la acera, cortándole el paso.
Una pareja de adolescentes reía alocadamente mientras corrían hacia la mercancía de una frutería. El dueño hindú los miraba con terror, en sus ojos se podían ver reflejados todos los colores de la fruta.
Un señor encorbatado y enfundado en un eterno traje gris, leía el periódico que lo definía y tomaba una cerveza sin alcohol.
En una esquina dos coches de policía con las luces escandalosas e intermitentes custodiaban el cuerpo de un joven en el suelo. Alrededor, un montón de curiosos se levantaban sobre la punta de sus pies para ver qué ocurría, mientras un coche con un golpe en el capó se apartaba de la circulación.
Cualquier día de principios de verano, cualquier día.

1 comentario:

  1. Yo diría que es un día en la vida. En tu vida, en mi vida, en la vida de cualquiera,... La rutina diaria, pero rota por los colores de la fruta reflejados en unos ojos... Me gusta. Es una imagen preciosa!!
    Besos!!

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