martes, 20 de abril de 2010

La Tormenta

Voy hacia la tormenta.
Veo a lo lejos las negras nubes y ya se empiezan a oir los truenos.
En este momento podría desviarme, pero no sé si no quiero, o no puedo.
Voy hacia la tormenta.
Se me eriza la piel con los relámpagos,
hay algo mágico en las tormentas que siempre me ha atraído,
pero esta de hoy es diferente, sé que no va a traerme nada bueno, pero
voy hacia la tormenta.
Ahora comienzan a caer esos inmensos goterones que ya pasan del presagio a la realidad,
los truenos son ensordecedores y hacen que mi encogido corazón salte con cada uno de ellos,
la tensión me inmoviliza los músculos,
voy hacia la tormenta.
Ya la lluvia arrecia con toda la fuerza del cielo,
todo lo que me rodea es de un desdibujado gris incierto, cada vez más oscuro.
Voy hacia la tormenta y no pienso dejar de pisar el acelerador...

2 comentarios:

  1. Ana Santamaría, experta en tornados. Tunecinos y de los otros. Para servirle.

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  2. Y esto no es un poco lo que yo te decía el otro día?
    Enfrentarte al miedo.
    Hacer aquello que tememos, para superarlo y para superarnos.
    El miedo puede ser muy fuerte pero creo que es por su absoluta certeza de que no vas a discutirle nada. Le oirás, le sentirás, te dejarás impregnar y a partis de ahí, él será el que tome las decisiones por tí. Y... de eso NADA!!!
    Yo también voy hacia la tormenta, pero para cumplir un capricho: siempre he querido dejarme empapar por la lluvia y nunca es el mejor momento. Bien, pues parece que el momento es AHORA.
    Yo también voy hacia la tormenta, pero con un impermeable en el bolsillo!!
    Besos!!

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