lunes, 22 de marzo de 2010

El Monstruo

Al cabo de los años se van acumulando en nuestro corazón todos los sentimientos de la vida. En mi caso y como ya no caben, se han ido esparciendo por el resto del cuerpo. Todos los resentimientos, rencores, desplantes, desprecios, ingratitudes, abandonos, humillaciones y demás, han formado una pelota que tras irse hinchando poco a poco, empieza de repente a doler. Desde abajo endurece mi vagina hasta hacerla de fría piedra, aprieta mi estómago impidiéndome comer y quema mi garganta impidiéndome gritar.
Y cuando llega la noche y cierro por fin la puerta de mi soledad, todo ese monstruo que tan intrínsecamente forma parte de mí, se siente libre, empieza por sacar sus tentáculos negros desde mi llanto y me va abrazando hasta dejarme atrapada y atada en su densidad. Después me lleva a la cama y me hunde en su abismo impidiéndome dormir, y ahí nos quedamos dando vueltas y más vueltas intentando yo liberarme de su fuerza incontestable...

"La tarea del poeta es no negar el dolor": Ingeborg Bachmann.

3 comentarios:

  1. Nostá mal para empezar, eh bonica?

    Ale, ale, empieza a sacar cosas de éstas.

    ;)

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  2. Querida Ana:
    Tiene toda tu fuerza y los rescoldos de tiempos que, si no quedaron ya, quedarán atrás. Eso sí, el monstruito de asoma de vez en cuando, como un toque de atención. En mi caso lo bueno es que no me desvela, ya sabes, si no que me arrastra al más dulce de los sueños,.... donde olvidar.......
    Besos!!

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  3. Éste texto me parece sobrecogedor. Pero ayuda a refrescar la memoria porque, ¿quién no se ha sentido alguna vez así de desolado y de indefenso?
    En fin, sólo espero que la alegre, sensible y divertida Ana que conozco sea tan verdadera (o más,mucho más) que la protagonista atormentada del relato.

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